Que es ser una sumisa real
El mundo desde mis ojos es un lienzo lleno de órdenes y detalles que esperan ser cumplidos. No lo veo como una pérdida de libertad, sino como una coreografía en la que mi entrega da sentido a cada movimiento.
Me deleito en el peso de una mirada que me guía, en el tono de una voz que no necesita elevarse para ser mi norte. No hay caos en mi mundo, sino una claridad absoluta: un “sí, señor” que resuena como mi verdad más pura.
A veces siento que las personas me miran como si no entendieran. No ven la fuerza en mi sumisión, la alegría que encuentro al rendirme a alguien que me cuida tanto como yo me entrego.
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